4 razones por las que los adultos a veces nos portamos mal

4 razones por las que a veces los adultos nos portamos mal
(Artículo publicado en el periódico local "La Veu d'Alginet" Edición Junio 2021)




Todos tenemos creencias limitantes o equivocadas que nos llevan a comportarnos de forma poco asertiva.

  • 1) Atención excesiva. Sólo soy importante si te mantengo ocupado conmigo, si recibo un trato especial. Un ejemplo sería: si no vienes a visitarme o me llamas con la frecuencia que espero, te lo haré saber llamando tu atención: dejar de hablar o de llamar; o decir “ya no me quieres, no me necesitas”, “quieres más a X que a mí”… También pasa cuando las abuelas compiten entre ellas, haciendo regalos, monerías, o favores al niño, para que las quieran más o no se olviden de ellas.

  • 2) Lucha de poder. Sólo soy importante si tengo el poder, si gano, si mando yo. Un ejemplo es querer tener la razón, decir la última palabra en una discusión, conseguir que se hagan las cosas a mi manera, convencer y hacer al otro decidir lo que es “correcto” para mí.

  • 3) Venganza. Creo que no soy importante, me siento herido y por eso te hiero a ti. Cuando alguien nos hace una crítica, y respondemos con otra o con un reproche. Cuando queremos castigar al otro. Retiramos nuestro cariño, nuestra atención, o nos rebelamos dejando de complacer o de hacer lo que esperan. Utilizamos nuestro enfado para manipular, para culpar. Ahora que estoy enfadada, no te hago caso, y hago esto que te molesta.

  • 4) Incapacidad asumida. Me rindo. Creo que no soy capaz, no puedo. Cuando sentimos que no sabemos hacerlo, que somos un desastre. Cuando somos nuestro peor enemigo criticándonos por nuestros errores. Cuando decimos frases como “yo todo lo hago mal, tu todo lo haces bien; pues no vengo y así no te molesto”.

¿Te has visto reflejado en algúna de estas creencias limitantes? Estas mismas creencias las tienen los niños. Sólo que ellos tienen un cerebro inmaduro que les dificulta regular sus emociones y expresar lo que necesitan y sienten.


  1. Cuando estamos en la creencia de Atención, lo que estamos pidiendo a gritos, niños y adultos, es “quiero formar parte del equipo, implícame de forma útil”.

  2. Cuando estamos en Lucha de poder, estamos susurrando “Dame opciones, quiero ser tenido en cuenta, quiero poder elegir”.

  3. Cuando queremos vengarnos, reclamamos “reconoce y valida mis sentimientos”.

  4. Y cuando no nos sentimos capaces y nos rendimos, llevamos una pancarta en la frente que dice “muestrame pequeños pasos a dar, no te rindas conmigo”.

Conocer las creencias equivocadas que hay detrás del mal comportamiento, nos ayuda a descubrir la parte oculta del iceberg y a mirar al otro con compasión. Nos motiva a empatizar con los niños y adultos y tenderles una mano hacia la comunicación. “¿De donde sacamos la loca idea de que para que un niño se porte bien primero tenemos que hacerle sentir mal?” - dijo Jane Nelsen, fundadora de la Disciplina Positiva.


Comentarios

  1. Me guardo este artículo porque voy a tener que releerlo muchas veces!!! Súper útil!!

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